Oración intercesoria antes del Huracán Matthew

Ahora mismo es el momento propicio para acercarnos “al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Heb 4:16 RV60) intercediendo para los residentes–los impíos tanto como los justos (Mat 4:45)–en Haiti, Jamaica, y todo el mar caribe.

En Génesis, leemos de tal acción de Abraham al saberse de la amenaza pendiente contra sus vecinos:”¿Destruirás también al justo con el impío? 24 Quizá haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por amor a los cincuenta justos que estén dentro de él? Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo? Entonces respondió Jehová: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos. Y Abraham replicó y dijo: He aquí ahora que he comenzado a hablar a mi Señor, aunque soy polvo y ceniza. Quizá faltarán de cincuenta justos cinco; ¿destruirás por aquellos cinco toda la ciudad? Y dijo: No la destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco. Y volvió a hablarle, y dijo: Quizá se hallarán allí cuarenta. Y respondió: No lo haré por amor a los cuarenta. Y dijo: No se enoje ahora mi Señor, si hablare: quizá se hallarán allí treinta. Y respondió: No lo haré si hallare allí treinta. Y dijo: He aquí ahora que he emprendido el hablar a mi Señor: quizá se hallarán allí veinte. No la destruiré, respondió, por amor a los veinte. Y volvió a decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se hallarán allí diez. No la destruiré, respondió, por amor a los diez. Y Jehová se fue, luego que acabó de hablar a Abraham; y Abraham volvió a su lugar.” (Gen 18:23-33)

Este es el brio y la osadía de Abraham quien poco antes “creyó a Jehová, y le fue contado por justicia” (Gén 15:6). En esta misma manera, “La oración eficaz del justo puede mucho” (Santiago 5:16).

Ahora mismo, orémonos e intercedamos. No se requiere gran oración sino CUATRO palabras, digan, “Señor, salvalos del huracán.” Júntense conmigo a orar así hoy y mañana tanto como el espíritu nos inste (Hechos 2:4).

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